El estrés es una reacción fisiológica, emocional y psicológica del organismo ante la percepción de un problema donde uno no se ve con los recursos necesarios para resolverlo. Aunque el estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, cuando se vuelve crónico puede tener efectos negativos en tu salud física y mental.
Tipos de estrés
Estrés Agudo:
Es la forma más común de estrés y suele ser de corta duración. Ocurre en respuesta a situaciones inmediatas y específicas, como una fecha límite en el trabajo o un conflicto en una relación. Puede causar síntomas como aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración y tensión muscular, pero generalmente se resuelve una vez que la situación estresante pasa.
Estrés Agudo Episódico:
Se experimenta cuando se viven constantemente situaciones estresantes. Las personas que siempre están apuradas, tienen demasiadas responsabilidades o se enfrentan a crisis frecuentes pueden experimentar este tipo de estrés. Los síntomas pueden incluir irritabilidad, ansiedad, dolores de cabeza y presión arterial alta.
Estrés Crónico:
Es una forma persistente de estrés que ocurre durante un periodo prolongado. Puede ser causado por problemas laborales, relaciones tóxicas, problemas financieros o enfermedades crónicas. El estrés crónico puede llevar a problemas de salud graves como enfermedades cardiovasculares, depresión, y un sistema inmunológico debilitado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció oficialmente como enfermedad en 2019
El estrés es una reacción normal del cuerpo ante situaciones desafiantes en la vida. Un nivel de estrés moderado se considera saludable e incluso positivo, ya que impulsa a las personas a resolver los problemas de la vida diaria. Las rachas cortas de estrés no son inherentemente dañinas.
El estrés se convierte en un problema cuando es persistente, abrumador y afecta tu capacidad para funcionar en la vida diaria. Algunos indicadores de que podrías necesitar ir a terapia incluyen:
Duración Prolongada:
El estrés persiste durante semanas o meses sin alivio.
Síntomas Físicos:
Dolores de cabeza constantes.
Problemas digestivos recurrentes.
Tensión muscular crónica.
Fatiga constante.
Síntomas Emocionales y Cognitivos:
Ansiedad o depresión constantes.
Irritabilidad o cambios de humor frecuentes.
Dificultad para concentrarse o recordar cosas.
Sentimientos de desesperanza o inutilidad.
Impacto en la Vida Diaria:
Dificultad para cumplir con responsabilidades en el trabajo o la escuela.
Problemas en las relaciones personales.
Aislamiento social.
Evitar actividades que solías disfrutar.
Comportamientos Poco Saludables:
Aumento en el consumo de alcohol, tabaco o drogas.
Comer en exceso o falta de apetito.
Sueño excesivo o insomnio persistente.
Sensación de Estar Abrumado:
Sentir que no puedes manejar las demandas de la vida.
Tener una sensación constante de estar al límite.
El estrés crónico puede afectar negativamente tu salud mental y física. En tu terapia, te enseñaremos técnicas para manejar el estrés de manera efectiva, centrándonos en el presente y en actividades significativas.
El Mindfulness es una herramienta clave que utilizamos. Aprenderás a estar plenamente presente en el momento actual, reduciendo la ansiedad y el estrés relacionado con el pasado o el futuro. Esta práctica te ayudará a cultivar la atención plena en tus actividades diarias, lo que puede mejorar tu bienestar general.
Te guiaremos para que disfrutes plenamente de lo que haces, dejando de rumiar o preocuparte y experimentando realmente dónde estás. Además, revisaremos técnicas de organización y eficiencia para que puedas manejar mejor tus responsabilidades diarias. Estas prácticas te brindarán herramientas efectivas para manejar el estrés en tu vida diaria y mejorar tu bienestar general.